Las diputadas de Acción Nacional de Guanajuato, Angelica Casillas, Marta Esquivel, María Ortiz Mantilla mostraron tibieza, falta de conocimiento o temor a la estigmatización; temor a pronunciarse en contra del aborto que atenta contra “un ser vivo al momento de la concepción, la unión del espermatozoide con el ovulo”, es decir, contra la dignidad de las personas.

 

Por otra parte, las diputadas de Morena, el diputado del PVEM, así como las mujeres que buscan despenalizar y legalizar el aborto se presentan como “victimas”, con argumentos ininteligibles, ocultando el origen de esta agenda geopolítica de los Estados Unidos contenida en la “alerta” del informe de Henry Alfred Kissinger, descalcificado en 1989.

 

Se trata, hay que decirlo como es, de un estudio tendiente a disminuir la población mundial mediante “políticas públicas” planteadas por Estados Unidos desde 1963 durante el gobierno de Lyndon B. Johnson, con el apoyo de John Davison Rockefeller.

 

Veamos los datos duros y no los rollos esgrimidos por “colectivos” y diputadas Morenistas y de Movimiento Ciudadano manejadas desde la ONU, con conocimiento o no de ello.

 

En 1963, Lyndon Baines Johnson y John Davison Rockefeller, “alarmados por el crecimiento de la población mundial”, elaboraron un informe sobre el futuro del planeta y determinaron disminuir su crecimiento mediante el aborto o la interrupción de embarazo, para no decir asesinato.

 

Rockefeller, en 1972, presentó un informe al Congreso de Estados Unidos que pronosticaba el colapso mundial por la sobrepoblación, por lo que se deberían poner medidas urgentes para evitar el crecimiento de los llamados países tercermundistas, en donde estaba México. Por ello se inyecto dinero estadounidense para promover el aborto.

Se promovió un “cambio ético” en el que se fundaban que “solo las vidas deseadas deben ser traídas a este mundo”, esto choca con el concepto cristiano que establece como valor superior “la dignidad de las personas” en donde “el valor de la vida no está sujeto a ser deseado o no”.

 

Seamos claros, para que lo entiendan los diputados y diputadas del Congreso de Estado de Guanajuato; lo primero, no deben manipular utilizando el cambio ético promovido por la ONU para justificar el asesinato de un ser vivo. El hecho de que “no sea deseado un niño o una niña en el vientre de la madre, no significa que no sea un ser vivo; no les da el derecho a exterminar la creatura en gestación, a asesinarla”.

 

De la misma manera que “si no deseas tu sexo, pues eres de otro sexo”, aberraciones como estas son las que se muestran en la lucha por exterminar la vida. Así vemos como algunas naciones están desapareciendo en Europa.

El informe de Henry Alfred Kissinger desclasificado en 1989 comprende, el aborto, la migración, la contaminación, los recursos naturales, como la única finalidad de disminuir la población por considerarlo una amenaza para el Mundo. Esto no les da el derecho a tomar medidas para exterminan razas, naciones, estados.

 

Aún más, en 1994, en el Cairo, se acordó tomar medidas internacionales para “legalizar una gama de servicios de salud sexual y reproductiva y de planificación familiar”. Así Naciones Unidas le dicta al Mundo lo que debe hacer y comienza por promover la “legalización del aborto o interrupción del embarazo”, que no es otra cosa que el asesinato de un niño o niña indefenso.

 

En Bejín, 1995, en la “cuarta conferencia internacional de la Mujer” se quejan de la falta de cooperación de los países subdesarrollados o tercermundistas e instrumentan la formación de propagandistas anti familia, pro aborto, de ideología de género, con la única finalidad de disminuir el crecimiento poblacional. Juegan a la biopolítica.

 

Veamos un ejemplo, en Estados Unidos la generación Baby boomer que comprende desde 1946 a 1964 el 3% de la población tenía problemas de identidad de género; pero ya en la generación Z, los nacidos después de 1995, el 23.8% tienen problemas de identidad de género gracias a los propagandistas. Como se puede deducir, estas desviaciones sexuales inducidas por los medios de comunicación, tienen como fondo evitar la procreación, lo que ha llevado a algunas naciones a punto de ser exterminadas.

 

En Guanajuato, los convenios firmados ante la ONU que dieron origen a la introducción de las “¡políticas públicas abortistas!” dictadas por los Estados Unidos, hoy se debaten en el Congreso del Estado, igual que se ha hecho en otras entidades del País, colocándose en la agenda globalista de la ONU, sin tomar en cuenta los intereses de nuestra sociedad.

 

Los “legisladores progres” promueven el aborto o el “derecho para asesinar a niños o niñas en el vientre de las madres” atendiendo a intereses internacionales. Esto es lamentable por no buscar la atención integral de la Mujer, sino servir a intereses internacionales.

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