Dentro de muy pocas semanas, concretamente durante los primeros meses de 2025, en la cúpula de la Iglesia en México se producirán una serie de cambios que ya desde ahora calificamos de históricos.

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Todo empezó el 2 de marzo de este año, fecha en la cual –por haber cumplido 75 años de edad- el Cardenal José Francisco Robles Ortega presentó su renuncia a la arquidiócesis de Guadalajara.

 

Han pasado más de nueve meses y hasta el momento el Papa Francisco no ha aceptado dicha renuncia nombrando un nuevo arzobispo para la arquidiócesis tapatía.

 

Sin embargo, consideramos que no puede faltar mucho para que desde Roma llegue el nombramiento del sucesor del Cardenal Robles Ortega.

 

Asimismo, el 9 de enero de 2025 otro importante personaje cumplirá 75 años, edad que fija el Derecho Canónico para que todo obispo presente la dimisión al gobierno de su diócesis. Se trata del Cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México, quien a partir de esa fecha pondría su cargo a disposición del Papa.

 

Y surgen las inevitables preguntas: ¿Aceptará el Papa la dimisión en cuanto se la presente el Cardenal Aguiar? ¿Cuáles son los nombres que se bajaran para regir la arquidiócesis primada?

 

Otro importante personaje eclesiástico que llegará a la edad límite en 2025 será Monseñor Víctor Sánchez Espinosa, arzobispo de Puebla, quien cumplirá 75 años el 21 de mayo.

 

Como todos bien sabemos, las arquidiócesis más importantes del país son México, Guadalajara, Monterrey, Puebla y León.

 

De las cinco mencionadas, únicamente Monterrey no se encuentra en situación de que su arzobispo, monseñor Rogelio Cabrera López, renuncie por razones de edad.

 

León recibió a su nuevo arzobispo hace ya algunos meses.

Así pues, de las cinco sedes eclesiásticas más importantes, tres son las que recibirán un nuevo prelado en los próximos meses: Guadalajara, México y Puebla.

 

En otro orden de ideas, pero sin salirnos del tema que estamos analizando: El martes 12 de noviembre se celebraron elecciones para renovar la dirigencia de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM)

 

Y como presidente salió elegido monseñor Ramón Castro, obispo de Cuernavaca.

 

En dicha elección se dio la particularidad de que como presidente fuera elegido un obispo siendo que la costumbre había ido que dicho cargo lo ocupase un arzobispo.

 

Esta circunstancia abre la posibilidad de que, respetando la costumbre de que un arzobispo ocupe la presidencia de la CEM, pudiera darse el caso de que Monseñor Ramón Castro fuese promovido nombrándolo arzobispo de algunas de las arquidiócesis que están en espera de recibir un nuevo titular.

 

Y –también dentro del terreno de las conjeturas- pudiera darse el caso de que el mismo Monseñor Ramón Castro, por ser originario del estado de Jalisco, fuese nombrado arzobispo de Guadalajara.

 

A pesar de que todo es posible lo único seguro es que Guadalajara, México y Puebla estrenen muy pronto nuevos arzobispos.

 

En fin, poco vivirá quien no lo vea…

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