¿PARTE DE LA CRISIS?
El texto empleado como entrada del video, por cierto muy bien elaborado, rea textualmente “Libia Dennise nos engañaste, que rápido se te olvidó que era defender las dos vidas. Reivindica tu camino y demuestra que no nos equivocamos al votar por ti. Si buscas el empoderamiento de la mujer no la conviertas en asesina. #salvemoslasdosvidas”
El planteamiento fluctúa entre el reclamo, la decepción, la desesperanza y despide un fuerte aroma a reproche de quienes se sienten lamentablemente traicionados.
Desde una perspectiva en paralelo, la pregunta obliga: ¿Este hecho no es parte de la crisis que actualmente sufre Acción Nacional? Una especie de crisis de identidad mezclada con ciertos momentos de nebulosas ideológicas y confusiones doctrinales que nunca se cimbraron tanto como en las épocas recientes.
Va más allá de las concepciones fundamentalistas que pueden ser acusadas de posturas decimonónicas. Parece ser algo de mayor fondo, porque al desdibujarse, el partido ha sufrido múltiples reveses, extrañamiento de su siempre fiel electorado y el desencanto quienes han preferido hacerse a un lado, con los consecuentes impactos negativos en los comicios.
La doctora Adela Cortina, docente de la asignatura de Ética Política en la Universidad de Valencia, sostiene y destaca la importancia de una serie de “mínimos éticos” para que pueda implementarse, crecer y desarrollarse una saludable convivencia democrática. En opinión del escribano, el derecho a la vida en cualquier circunstancia es uno de ellos por su primigenia originalidad.
¿POR QUÉ EL GIRO?
La ciudadanía de este país, ha podido constatar algunos cambios de timón en diversos temas que son, desde 1939, pilares fundamentales para el ser y quehacer político impulsado por el PAN
Estos vaivenes han provocado serios descalabros en la efectividad electoral, la rentabilidad política de las estrategias, la comunicación y el posicionamiento de la estrategia panista. Las consecuencias están a la vista, van desde el extravío de la brújula humanista en donde el partido tiene a panistas en posiciones de gobierno, pasando por la caída libre en la percepción positiva de las y los electores; y las subsecuentes derrotas en municipios y entidades federativas.
Obliga la pregunta: ¿Por qué estos cambios en sus principios básicos de doctrina humanista?
Algunas voces apuntan al empleo de un marketing político en donde lo relevante es ganar a costa de lo que sea, incluidas las alianzas con el diablo con tal de lograr el éxito electoral y el favor de los ciudadanos. El costo para el panismo nacional ha sido brutal, porque cuando el PAN quiere jugar a parecer de los malos, no le sale. La lealtad a la doctrina y la verticalidad de sus fundamentos humanistas, le han impedido jugar al contra-espionaje; menos aún, a moverse en las arenas movedizas que le ha acercado MORENA.
Muchos han caído en la trampa de los acuerdos extraños por debajo de la mesa y por encima también. El problema es que, eventualmente, algunos panistas en cargos de dirección, quieren pelear con reglas de box inglés, para enfrentar a peleadores callejeros profesionales. La jugada siempre les ha salido mal, se exhiben, se enredan en explicaciones ininteligibles, se pierden en justificaciones inodoras e insípidas y acaban por profundizar en las llagas de los últimos comicios.
Al trascender en la sociedad, los desencantos y desencuentros ahondan las divisiones, las pugnas de poder y el arrebato de posiciones. El ciudadano lo percibe y se retira de la trinchera.
SENSATEZ CIUDADANA
Y aquí es en donde la sensatez ciudadana empieza a descubrir una serie de coincidencias en la operación y el actuar de muchos de los panistas, con la operación y el actuar de los más furibundos y radicales militantes del oficialismo de hoy.
¿Qué se revela detrás de la expresión ciudadana cuando se dice: “Todos son iguales”?
Significa colocar al panismo en la misma tesitura del actuar ético-político de todos los partidos: todos mienten, todos manipulan, todos anteponen sus intereses particulares, todos priorizan las posiciones económicas más rentables. El desangelamiento y la repulsa por la política se convierten en abstencionismo militante.
Sin duda, el ciudadano busca un faro de luz, una mano confiable, un oído capaz de escuchar y resolver. Se busca una palabra que inyecte seguridad, tranquilidad y certidumbre en el mediano y largo alcance. Cuando esto no se propicia, la dádiva disfrazada de “programas sociales”, se convierte en el único puerto seguro, aunque todo mundo entiende que tarde o temprano, la resaca social convertida en totalitarismo, pobreza e ignorancia, llegue como una novedosa vertiente de la esclavitud moderna.
El desafío de hoy para los liderazgos panistas no es sencillo. En el documento “Reflexión y cambio profundo en Acción Nacional”, nuestro admirado amigo Julio Castillo, coloca el debate en una perspectiva interesante: (…) tenemos una visión parcializada de las cosas y aquí el reto es evitar los sesgos y lograr que tanto el análisis como las propuestas de cambio y la narrativa no estén dictadas por el rencor o la venganza, o bien por el triunfalismo y la cerrazón (…)